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La ofensiva de los Yankees bajo la lupa: críticas de un antiguo pitcher del equipo


La situación actual en la Serie Mundial 2024 está generando preocupaciones serias para los Yankees de Nueva York, quienes se encuentran en un 0-2 frente a los Dodgers de Los Ángeles. La falta de respuesta de la ofensiva ha sido un punto focal, y los comentarios de Luis Severino, exlanzador de los Yankees y actual pitcher de los Mets, han acentuado estas preocupaciones. Severino criticó abiertamente el desempeño ofensivo del equipo, sugiriendo que solo cuentan con dos bateadores destacados: Juan Soto y Giancarlo Stanton. Según él, se necesitan diez jugadores más para igualar los números que estos dos han logrado en la postemporada.

Las estadísticas respaldan su afirmación: Soto y Stanton han combinado un impresionante .313 en promedio de bateo, .408 de OBP, .723 de SLG, y un OPS de 1.131, con 10 jonrones y 23 carreras impulsadas. En contraste, el resto del equipo ha batallado con un promedio de .205, .311 de OBP y .604 de OPS, logrando solo 5 jonrones y 21 carreras impulsadas. Esta disparidad pone de relieve la dependencia que tiene el equipo en sus estrellas, dejando a otros jugadores luchando por contribuir de manera efectiva.

El slump de Aaron Judge también ha sido una preocupación clave. Con un promedio de solo .150 en los playoffs, su incapacidad para producir en momentos cruciales ha afectado significativamente al equipo. La presión está sobre Judge para que encuentre su ritmo y ayude a revivir la ofensiva en el próximo juego en casa.

Por otro lado, los Dodgers enfrentan sus propios desafíos, especialmente con la incertidumbre sobre el estado de Shohei Ohtani, quien se lesionó en el Juego 2. Aunque se espera que regrese para el Juego 3, su situación ha añadido una capa de tensión para un equipo que ya tiene una ventaja significativa en la serie.

En resumen, mientras los Yankees luchan por recuperar el control de la serie, la falta de producción ofensiva y el slump de su capitán son problemas críticos que deberán abordar si desean mantener vivas sus esperanzas de un campeonato. La presión está en el Bronx para que los jugadores respondan en su estadio y ofrezcan a sus aficionados una razón para celebrar.

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