Los Dodgers de Los Ángeles se enfrentan a una situación preocupante en medio de su Serie Divisional de la Liga Nacional contra los Padres de San Diego, especialmente en lo que respecta a la salud de su primera base, Freddie Freeman. A pesar de tener un día de descanso programado el lunes, el equipo está lidiando con las consecuencias de la lesión de Freeman, quien sufrió un esguince grave en el tobillo derecho el 26 de septiembre.
Durante el último partido, Freeman no pudo finalizar el juego, y se le vio entrenando a Max Muncy en la primera base como medida preventiva, lo que indica que la disponibilidad de Freeman para el tercer juego sigue siendo incierta. El mánager Dave Roberts confirmó que Freeman continúa sintiendo dolor, aunque ha estado recibiendo tratamiento y aprovechando el día de descanso para recuperarse mentalmente.
“Está recibiendo tratamiento. No sé nada más. Aparte de eso, creo que está muy agradecido por el descanso mental que tuvo hoy”, mencionó Roberts. Freeman había estado trabajando arduamente para controlar el dolor antes de la serie, pasando mucho tiempo en el Dodger Stadium en los días previos al inicio de la postemporada.
El tercer juego de la serie se llevará a cabo en Petco Park, y es crucial para ambos equipos, ya que actualmente la serie está empatada. Si Freeman no puede participar, los Dodgers deberán adaptarse rápidamente, lo que podría incluir alineaciones alternativas dependiendo del pitcher de los Padres. Roberts dejó abierta la posibilidad de que Freeman se quede en la banca si su condición no mejora, especialmente si los Padres deciden usar al zurdo Martín Pérez.
La salud de Freeman será un factor determinante en el rendimiento de los Dodgers en esta fase de los playoffs, y el equipo deberá monitorear su situación cuidadosamente a medida que avanzan en la serie.
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