Los Padres de San Diego vivieron un cierre decepcionante en una temporada que había sido, en general, sólida, al caer en el quinto partido de la Serie Divisional de la Liga Nacional ante los Dodgers de Los Ángeles. En sus últimos dos encuentros, la alineación de bateo de San Diego no logró hacer ninguna anotación.
Los Padres comenzaron la serie con una ventaja de 2-1, impulsados por un pobre desempeño del pitcheo abridor de los Dodgers, Jack Flaherty y Walker Buehler, en los Juegos 2 y 3. Sin embargo, el mánager de los Dodgers, Dave Roberts, ajustó su estrategia, utilizando diferentes grupos de relevistas que evitaron la necesidad de poner a alguno de sus abridores en el montículo.
En el Juego 5, Yoshinobu Yamamoto tuvo una destacada actuación, pero los Padres no pudieron recuperarse, acumulando solo nueve hits en los últimos dos partidos y sin anotaciones en sus últimas 24 entradas de la NLDS. En un episodio del podcast "Ben and Woods", Steven Woods analizó las razones por las cuales el equipo no avanzó. Según él, la ofensiva fue insuficiente frente a un sólido cuerpo de lanzadores de los Dodgers que no se amedrentó.
"Woods comentó: 'Nadie terminó bien, no hay una sola persona a la que pueda atribuirle un buen desempeño en los últimos dos juegos y decir: "Bueno, al menos hice mi trabajo"'. Mencionó a varios jugadores: 'Crony [Jake Cronenworth] no fue bueno, [Jurickson] Profar no fue bueno, [Luis] Arraez no fue bueno, Xander [Bogaerts] no fue bueno, Manny [Machado] no fue bueno, [Jackson] Merrill no fue bueno y, ya sabes, [Fernando] Tatis no fue bueno'."
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